A partir de sus avistajes, desde lanchas o drones, se recopilan datos fundamentales sobre diferentes aspectos de su biología. En particular, del análisis de las fotografías colectadas en cada avistaje se analiza el patrón de callosidades que las ballenas francas tienen en su cabeza, el cual se mantiene a lo largo de toda su vida y brinda a los investigadores la oportunidad de discriminar ballenas entre sí, individualizándolas.
De esta forma podemos estudiar sus necesidades y conocer, año tras año, sus historias de vida; información clave para desarrollar estrategias que permitan el turismo sustentable y que por sobre todo aseguren su conservación y la de su hábitat.
Dar el primer paso para que este proyecto de investigación -de gran importancia para la conservación de la especie- se conozca y cuente activamente con la participación de la comunidad. Recordemos que la ballena franca austral fue declarada en el año 1984 ‘’Monumento Natural Nacional’’, lo que significa que es una especie que cuenta con la máxima categoría de protección a nivel nacional. Su preservación depende de todos.
Asignarle un nombre único y original a cada ballena que quedará registrado junto con su foto en el catálogo de fotoidentificación que estamos construyendo en el marco del proyecto.
Agilizar la búsqueda de información de una determinada ballena en nuestra base de datos de una manera más sencilla a partir de su nombre.
ELEGÍ Y DALE NOMBRE
Les presentamos a la ballena catalogada con el número M0040. Para el proyecto de fotoidentificación representó ni más ni menos que el primer registro de reavistaje interanual, observando a este animal con imágenes tomadas desde un drone en los años 2019 y 2022. Si tenemos en cuenta las miles de fotografías que tenemos de las ballenas que visitan el área de estudio, no es tarea sencilla obtener estos ‘’matches’’ (o coincidencias) pero… este animal colaboró para obtener este resultado, gracias a una característica muy peculiar que posee en su patrón de callosidades: el bonete y la brazola (nombres que se les dan a las callosidades que se ubican en la punta del hocico y en la zona anterior a los espiráculos respiratorios, respectivamente) se encuentran fusionados. Este rasgo, hasta el momento, solo lo observamos en dos de las casi doscientas ballenas analizadas e individualizadas.
Esta ballena, la M0060, se encuentra bastante presente para quienes integran el equipo de trabajo del proyecto de fotoidentificación dado que no resultó para nada sencillo lograr caracterizar su patrón de callosidades. Afortunadamente, dos hechos nos facilitaron esta tarea: cuenta en su lomo con una mancha blanca (con una forma única) que la acompañará a lo largo de toda su vida y, que se la registró en tres oportunidades diferentes entre mediados y fines de agosto de 2019 en las aguas del Golfo San Matías. Si bien las fotografías obtenidas son desde una embarcación, y esto se traduce en un análisis de datos dificultoso porque solo se observan algunos sectores del cuerpo del animal, se pudo reconstruir e individualizar esta ballena.
El ejemplar incluido en el catálogo de fotoidentificación como M0061, fue observado un precioso día soleado de septiembre de 2019, en aguas grutenses. Integraba un grupo de cópula con otras dos ballenas (ambas machos) con los que interactuaba muy activamente exponiendo sobre la superficie del agua su aleta pectoral y su cola pero sobre todo, se lo observó frotándose sobre el dorso de uno de ellos. Esta ballena es de las primeras registradas para el proyecto de fotoidentificación con un patrón de callosidades que podríamos definir como ‘’sencillo’’, en el sentido de que cuenta con únicamente con dos callosidades pequeñas caracterizadas como islas, una brazola y un post blow-hole (nombre que se la da a las callosidades que se encuentran detrás de los espiráculos respiratorios) también pequeños.
El ejemplar incluido en el catálogo de fotoidentificación como M0071 se lo pudo registrar por primera vez a mediados y luego a fines de agosto de 2019. Afortunadamente, se lo monitoreó desde una embarcación pero también desde un drone, siendo ideal contar con material de diferentes fuentes de muestreo aumentando las probabilidades de obtener lo más completo que se pueda el cuerpo del animal pudiendo registrar todos (o la mayoría) de aquellos rasgos particulares que pueda tener (o no) por ejemplo en su cola, aletas, cabeza, entre otras zonas. En especial esta ballena, tiene tres particularidades que queremos destacar: importantes heridas de Gaviota cocinera (Larus dominicanus) en su lomo, una mancha blanca ventral (en su panza) aunque se destaca el hallazgo de una deformidad en su cola. Sin dudas, esta ballena es muy fácil de recordar e individualizar la próxima vez que visite las aguas grutenses y se la vuelva a registrar.
Les presentamos a la ballena catalogada con el número M0093, un registro nuevamente interesante para el proyecto. Gracias a que pudimos caracterizar su patrón de callosidades y producto de analizar imágenes de avistajes de francas (años 2019 y 2021) pudimos describir que contábamos con un nuevo reavistaje interanual. Este animal visitó las aguas grutenses a fines de septiembre de 2019 y también en agosto, pero del 2021. Este segundo monitoreo (de drone) nos permitió conocer que es un macho con una mancha blanca en su panza y que integraba un grupo de cópula de más de siete ballenas. Estos resultados demuestran lo valioso que resulta la individualización de las ballenas porque nos permite conocerlas, monitorearlas e ir escribiendo sus historias de vida.
Esta ballena es identificada para el proyecto de fotoidentificación bajo el número M0097. Fue monitoreada navegando a la altura de la playa La Rinconada, en Las Grutas, formando parte de un grupo (no de cópula) junto a otro individuo. Se trató de un avistaje de mediados de mayo del 2021, temprano si consideramos la época del año habitual de temporada de ballenas en dicha zona que va de agosto a mediados de octubre. Gracias a las valiosas imágenes y videos obtenidos de este avistaje, descubrimos que tiene una herida -de origen indeterminado- en el lóbulo izquierdo de su cola. Este rasgo único junto con su patrón de callosidades el cual afortunadamente pudimos caracterizar, nos permitirá reconocerla de forma más rápida y sencilla en futuros monitoreos.
La ballena M0134 del catálogo de fotoidentificación se destaca por una particular mancha gris que tiene en su lomo, con una forma alargada que se continúa hacia el lateral derecho del animal. Esta mancha permanecerá en su cuerpo durante toda su vida, característica beneficiosa desde el punto de vista del trabajo de investigación que llevamos adelante con esta especie dado que nos permitirá reconocerla fácilmente en futuros avistajes. Este individuo se lo registró en agosto de 2021 integrando un grupo (no de cópula) con otras dos ballenas que nos deleitaron con sus delicados y sublimes movimientos mientras navegaban filtrando en las aguas del Golfo San Matías.
Queremos presentarles al ejemplar identificado con el número M0141. Al igual que Mangata, la ballena bautizada en el concurso de bautismo del 2022, este animal tiene un patrón de coloración conocido como morfo gris donde, la mayor parte de la pigmentación de la piel es justamente de color gris. También, resulta un individuo interesante porque representa un reavistaje anual, es decir, este animal fue visto en tres oportunidades dentro de una misma temporada de muestreo, en este caso del año 2021: 18, 24 y 30 de agosto. En uno de los monitoreos se lo vio formando parte de un grupo de cópula interactuando y frotándose sobre el lomo de otra ballena, que afortunadamente también pudo ser incluida en el catálogo del proyecto.
Esta ballena está catalogada como M0173. Se trata de un ejemplar con múltiples heridas cicatrizadas de Gaviota cocinera (Larus dominicanus) desde la mitad del lomo y hasta el pedúnculo caudal que se pueden observar en las imágenes como círculos de color más claro alineados uno a continuación del otro. Esta característica nos permite suponer que probablemente esta ballena estuvo anteriormente en Península Valdés (provincia de Chubut), zona foco de concentración de ataques de esas aves a esta especie. También cuenta con algunas marcas en su cola cuyo origen se desconoce y, observamos cierta descamación en su piel, al igual que los seres humanos las ballenas cambian su piel cada cierta cantidad de tiempo.
Les presentamos a la última ballena seleccionada para el concurso de bautismo de este año: la M0197, que casualmente es también de las últimas incluidas en el catálogo de fotoidentificación que venimos trabajando. Como pueden ver en las imágenes, se trata de un individuo solitario que cuenta con un patrón de callosidades en su cabeza muy complejo de caracterizar. En estos casos, al no poder discriminar con certeza, por ejemplo: el número, tipo y la ubicación (izquierda o derecha) de las diferentes callosidades, se decide clasificarlo como ‘’complex o en castellano complejo’’. De las casi doscientas ballenas individualizadas e incluidas en el catálogo hasta el momento, solo en tres de ellas describimos este patrón.
Conocé los nombres elegidos de las primeras diez ballenas que bautizamos en 2022, miralas acá
SUMATE Y COMPARTÍ
Mirar atentamente cada una de las fotos y conocer la historia de las 10 ballenas que queremos asignarle un nombre.
Una vez finalizada la votación, un jurado interdisciplinario seleccionará el nombre final de cada ejemplar. Los resultados del concurso serán comunicados a través de las redes sociales de la Fundación Azara a fines de agosto.
Desde el año 2019 investigadores de la Escuela Superior de Ciencias Marinas – Universidad Nacional del Comahue, el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos ‘’Almirante Storni’’ y la Fundación Azara se encuentran trabajando en la construcción del catálogo de fotoidentificación de Ballena franca austral (Eubalaena australis) del Golfo San Matías.