Los cóndores envenenados exhiben el retraso de las prácticas ganaderas

En la Argentina, con frecuencia se ha dicho que el cóndor (Vultur gryphus) está en peligro de extinción. A nivel mundial no es así, porque la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN) lo categorizó como una especie «cercana a amenazada» a nivel internacional. Sin embargo, en algunos países su situación es crítica, como en Colombia, Venezuela y Ecuador. En la Argentina hasta hace unos años sus poblaciones gozaban de buena salud gracias a que muchos parques nacionales y reservas provinciales resguardan “condoreras”, ya sean apostaderos o áreas de nidificación. Pero en las últimas décadas recrudeció una ofensiva envenenadora por parte de algunos ganaderos. Ahora, en distintos puntos del país su presencia está jaqueada.

El reciente episodio en la localidad de Los Molles (Departamento de Malargüe, Provincia de Mendoza) se suma a otros que terminan demostrando que no son hechos aislados, sino una forma ilegal -pero usual- para “resolver” brutalmente un problema. Esto es preocupante porque de continuar con esta tendencia van a terminar por amenazarlo o extinguirlo regionalmente. Pensemos que los 34 cóndores envenenados en Mendoza (20 machos y 14 hembras) duplica la población total de estas aves en Venezuela (unas 15). Y representa la mitad de la de Ecuador (unas 65).

Las sociedades rurales deberían demostrar su capacidad para resolver estos conflictos de un modo alejado de la prepotencia contra el ambiente, la ley y el resto de la sociedad civilizada. Una posición inteligente apuntaría a revisar sus prácticas, ya que es sabido que hay una relación directa entre la cantidad de ganado muerto por predadores (pumas, zorros y perros cimarrones, entre otros) y la calidad del manejo de un campo ganadero. Campos sobrepastoreados, con personal escaso y poco capacitado, sin perros entrenados y con escasas recorridas de control terminan siendo más susceptibles de ser predados que aquellos con buena cobertura de pasturas y manejo de mayor calidad. Los campos con menos presión de pastoreo tienen más diversidad y cantidad de plantas que refugian y dan comida a las presas naturales de los pumas y zorros, por ejemplo. Si a los carnívoros se les eliminan los animales silvestres de los que se alimentan, no van a vivir de la contemplación de las ovejas.

Para un productor ganadero primitivo, todo aquello que no sirva para «engordar» su ganado estorba. Por eso, le declaran la guerra no solo a cóndores, pumas y zorros. También, al guanaco y ya vimos que presionaron -con éxito- para que el Ministerio de Ambiente de la Nación autorice su caza sin tener capacidad para controlarla. Más apropiado e innovador hubiera sido apoyar los buenos proyectos que hay de uso sustentable a través de su esquila y que ahora se verán amenazados con esta medida. Pensemos que su fibra es mucho más valiosa y mejor cotizada que la lana de oveja (U$ 500), pero con mentalidades ganaderas de siglo XVIII se hace muy difícil abrir paso para ganar los mercados innovadores que demandan estos productos en la Europa del siglo XXI. Como así las carnes o lanas que provienen del uso sostenible de sus campos.

Está claro que a los responsables de los ilícitos no les importa el esfuerzo del Estado, de las ONGs y de los propietarios de campos ambientalmente comprometidos. No les interesa si hay turistas que viajan desde muy lejos para contemplar o fotografiar la naturaleza y admirar los cóndores. Desconocen el derrame de los beneficios del turismo. Tampoco les preocupa si desaparecen todas las especies que les molestan. Por eso es un pésimo síntoma que las instituciones rurales no tengan nada para decir o se muestren indiferentes (en el mejor de los casos).

Nadie (al menos yo) está hablando de dejar de producir. Sino de producir bien, con buenas prácticas, con calidad competitiva y viendo en las especies silvestres indicadores ecológicos o bien la oportunidad de innovar con su uso sostenible. Pareciera que estamos lejos, porque es imposible ver en el guanaco, por ejemplo, una oportunidad productiva cuando se practica ganadería “prehistórica”.

Quienes han envenenado estos cóndores no solo han incurrido en un delito: también están saboteando los esfuerzos de las instituciones zoológicas que trabajan para conservar esta especie en todo América. En un país como el nuestro donde los programas de conservación no abundan, que alguien los sabotee también es criminal. Tal como lo señaló la centenaria organización Aves Argentinas, en los últimos 13 meses se registraron 66 muertes de cóndores, más de los que se criaron en cautiverio en 26 años. Por eso constituye un daño para toda la sociedad. Es un perjuicio motorizado desde la defensa de intereses de unos pocos que podrían ser identificados si la Justicia se compromete. Por eso, es tan importante que los jueces esclarezcan este tipo de ilícitos y no solo contemplen el pago de una multa (que podría superar los 10.000 dólares). También deberían computar los gastos que implica esclarecer el caso como así el perjuicio moral y económico que le ocasionan a todas las instituciones privadas y oficiales que invierten recursos para investigar y proteger la especie. Tal como sucede con ONGs, zoológicos, universidades, institutos de investigación y las áreas naturales protegidas que custodian uno de los símbolos de los Andes. Por algo todos los países andinos protegen esta especie emblemática de tanto valor ecológico como cultural.

Por Claudio Bertonatti, Asesor de la Fundación Azara.

Foto tomada del Diario Página 12 (publicada el 23/1/2018).

 

Información adicional:

– La Fundación Azara en conjunto con otras ONGs solicitaron a las autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y del Ministerio de Agroindustria de la Nación que se sancione una ley de trazabilidad, uso y aplicación de agroquímicos. Conocé los detalles del pedido a las autoridades competentes ingresando en: https://www.facebook.com/fundacionazara/photos/a.136537053050048.12379.128562427180844/1591644804205925/?type=3&theater

Anónimo. 2018. En la localidad de Los Molles: Tras el hallazgo de 34 cóndores muertos en Mendoza, detienen a un sospechoso. Diario Clarín. Publicado el 23/1/2018 en: https://www.clarin.com/sociedad/hallan-34-condores-muertos-mendoza-investigan-envenenados-agroquimicos_0_BkvF2UHSz.html

– Anónimo. 2018. Tragedia ecológica. Misterio en Mendoza: hallaron 34 cóndores muertos. Cadena 3. Publicado el 23/1/2018 en: http://www.cadena3.com/contenido/2018/01/23/Misterio-en-Mendoza-hallaron-34-condores-muertos-200508.asp

Argañaraz, J. 2018. Encontraron 34 cóndores muertos en Mendoza y creen que fueron envenenados. Diario La Nación. Publicado el 22/1/2018 en: http://www.lanacion.com.ar/2102858-encontraron-34-condores-muertos-en-mendoza-y-se-presume-que-fueron-envenenados

BirdLife International. 2017. Vultur gryphus. The IUCN Red List of Threatened Species 2017. En: http://www.iucnredlist.org/details/22697641/0

Spinetta, F. 2018. Investigan la muerte de 34 cóndores y un puma en Mendoza: la hipótesis del envenenamiento con agroquímicos. Diario Página 12. Publicado el 23/1/2018 en: https://www.pagina12.com.ar/91054-la-hipotesis-del-envenenamiento-con-agroquimicos